Quiero saber qué ha cambiado detrás de tus ojos,
pero tú ya no eres capaz de sostener mi mirada,
de cualquier forma sé que sólo vería
el rostro de ella reflejado en tus ojos,
igual que exala alegría tu sonrisa
cuando ella se digna a mirarte.
Sé que la quieres como jamás me querrás,
como jamás te querré…
sé que la besas como jamás me besaste,
porque yo conozco tus besos, pero no tu amor.
Te atreviste a desearme sin amarme
y alguna vez me dolió,
pero tu temor a desearme, amándola
lastima mi orgullo y me parte el corazón.
Tu anhelo de sus ojos, verdes,
no me quita el aliento,
ni la vida ni el calor,
pero alimenta mis celos, mi orgullo
y mis deseos de posesión.
El ansia de mis besos, cálidos,
no te quita la calma,
ni la cordura, ni la razón,
pero alimenta tu miedo
de nunca alcanzar su amor.
Brillando en tus ojos el reflejo dorado de su cabello,
te imagino corriendo tras sus huellas…
yo no daré ni un paso por llegar a ti.
Así te estrelles contra el muro de su indiferencia
o te hundas en las aguas tibias de su amor…
yo no daré ni un paso por llegar a ti.
¡Grítale a los vientos que la amas!
pero no dejes que ellos soplen martirios en mi corazón
como soplan en las caracolas canciones de amor.
¡Grítale a los vientos que la amas!
pero no permitas que me susurren al oído
pesadillas de tus sueños de hacerle el amor
¡Grítale a los vientos que la amas!
pero prívame por siempre de sentir el fresco viento de verano
soplar en mi rostro anhelos de libertad
¡Grítale a los vientos que la amas!
pero el viento no me arrastrará más a la deriva
como a una hoja seca,
pero el viento no formará más en mi olas
como lo hace sobre el mar.
Con cada respiro, con cada latido,
con cada tic-tac del reloj
me siento apartada,
me siento de más.
Proyecta tu amor por ella
en la luz de la luna,
grábalo en el sonido del mar
¡Grítenle a los cuatro vientos
que se aman,
y déjenme en paz!
Written in 1999